Si no vives debajo de una piedra sabes quien es Rafa Nadal.
Rafa Nadal es un extenista profesional español que carga con 92 títulos individuales a su espalda, entre ellos veintidós Gran Slam, 209 semanas como número 1 del mundo y 1080 victorias en toda su carrera. Sí, extenista, pues el pasado 24 de noviembre, en la final de la Copa Davis, el balear ponía fin a su larga carrera como profesional.
En esta entrada del blog podríamos hablar de los logros de Nadal como deportista, tras veintitrés años como profesional, o podríamos describir el progreso tras sus largas lesiones como: la rotura del ligamento rotuliano izquierdo, varias fisuras, tendinitis y el síndrome de Müller-Weiss. Una suma de lesiones que le hicieron estar 3 años separado de las pistas de tenis. Sin embargo, hablamos de Rafael Nadal por ser una figura en el deporte español, sus rituales en los partidos y su comportamiento irreprochable en las pistas de tenis.
El tenista de Manacor (Mallorca) ha tenido siempre una actitud admirable en las canchas de tenis, tanto con sus rivales, compañeros y personal que trabaja en los torneos. Un dato a destacar en la carrera del tenista es que jamás rompió una raqueta de tenis, pues supone una pérdida de control y dar un mal ejemplo para los jóvenes. "Mi familia no me hubiera permitido romper una raqueta. Para mí, romper una raqueta hubiera significado no haber tenido el control de mis emociones" afirmaba el tenista en una entrevista. Una familia que ha sido un pilar Rafa a lo largo de su carrera profesional.
Entre risas podemos decir que el deportista español ha llamado la atención por sus rituales durante los partidos. Antes de empezar cualquier saque limpia las líneas de saque, sacude con la raqueta las suelas de las zapatillas, y descarta 1 de las 3 pelotas que se le ofrecen, se toca el calzoncillo, y por último se toca los hombros y la nariz de izquierda a derecha dos veces. Esta claro que es un protocolo de concentración y que le ha dado suerte y servido durante años, como método de concentración.
Podemos decir sin lugar a dudas que Rafael Nadal es un ejemplo de disciplina, compromiso y trabajo duro. Después de cada caída se le ha visto volver más fuerte a las pistas, y es por eso que si el tenista tuviera segundo nombre sería perseverancia. Es un modelo de humildad y deportividad, y solo podemos agradecerle su paso por el deporte español y desearle un futuro prometedor lejos del tenis profesional.
Saioa Lauría
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